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Ahogamientos infantiles

Recomendaciones para prevenirlos

¿Cuándo hay que aprender a nadar?


Las clases de natación y enseñar a sobrevivir en el agua pueden reducir los ahogamientos en niños. Se recomienda que aprendan a nadar a partir de los 4 años, aunque la decisión debe ser individualizada considerando la exposición al agua, madurez emocional, limitaciones físicas y salud. La supervisión es crucial al bañarse en mar, piscinas y lagos.


Es importante destacar que impartir clases de natación a niños pequeños o sin habilidades no evita los ahogamientos ni brinda protección completa, por lo que se requiere supervisión continua. El saber nadar en piscinas no garantiza seguridad en entornos acuáticos naturales, por lo que nunca deben nadar sin la supervisión de un adulto.

La vigilancia debe mantenerse cercana al menor, con el adulto al alcance. En caso de niños que no saben nadar, el adulto o un socorrista debe vigilarlos sin distraerse. En áreas abiertas de agua, se deben elegir zonas supervisadas por socorristas, y el adulto supervisor debe saber nadar, realizar rescates, RCP y pedir ayuda.


Nunca se debe dejar a un niño solo en la bañera, piscinas, spas o cerca de cualquier fuente de agua. Los adolescentes deben ser conscientes del riesgo de consumir alcohol o drogas mientras nadan. Saltar o tirarse de cabeza en el agua puede causar lesiones graves, por lo que se debe prohibir si no hay suficiente profundidad. Es preferible que los niños se tiren al agua con los pies primero.


Cuando se navega, los niños y aquellos que no saben nadar deben usar chalecos salvavidas en ríos, mares, lagos y embarcaciones. En un estudio en EE.UU., el 86% de las víctimas mortales en actividades acuáticas no llevaba un dispositivo de flotación. Los flotadores hinchables no son seguros, se recomiendan los chalecos salvavidas.


El entrenamiento en reanimación cardiopulmonar (RCP) es efectivo tanto para padres como adolescentes y niños mayores. La protección cervical adecuada, el tiempo transcurrido desde el ahogamiento y la RCP precoz por personal entrenado son cruciales para mejorar el pronóstico.


En casa, es importante vaciar recipientes con agua después de usarlos y no considerar los asientos de baño para bebés como sustitutos de la vigilancia de un adulto. No dejar a niños pequeños sin supervisión en el baño para prevenir ahogamientos en inodoros. A pesar de todas las medidas de seguridad, los padres nunca deben disminuir la vigilancia de sus hijos.


Ariel Kur Nemirovsky

PEDIATRA - PUERICULTURA

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