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Del Remo Olímpico al Liderazgo Técnico

La apasionante trayectoria de Jordi Rodriguez Orofino

Todo comenzó en el año 2012, cuando decidí inscribirme en el remo con el objetivo de adelgazar, ya que a los 12 años tenía sobrepeso. Ese año obtuve el 4º lugar en el Campeonato de España.

Creo que este resultado tan alentador, alcanzado a una edad temprana y con relativamente poco tiempo en el deporte, fue lo que realmente me enganchó al remo. Además, el ambiente que se creó tanto en el club como en la selección catalana y, finalmente, en la española, fue acogedor y familiar, lo que hizo que me sintiera parte de una comunidad unida.

La pasión y el enfoque en alcanzar mis objetivos hicieron que el proceso no se sintiera duro ni pesado en ningún momento. Cuando tienes un objetivo claro, como yo lo tenía, el entrenamiento y la dedicación se vuelven naturales y sin esfuerzo.


Cuéntanos sobre tu participación en competencias internacionales y tu logro de medalla de bronce en un mundial. ¿Cómo te sentiste al alcanzar ese nivel de éxito?

Mi primera participación en regatas internacionales fue en el Mundial juvenil. En aquella ocasión, logré quedar en 6a posición. Recuerdo disfrutar de esa experiencia, pero al reflexionar sobre ello en retrospectiva, considero que fui demasiado exigente conmigo mismo. Tiempo después, alcanzar la medalla de bronce en el Mundial, en la categoría sub-23, fue algo que no me esperaba. Cada hora de entrenamiento, cada sacrificio, las horas bajo el sol y lejos de casa, todo eso cobró sentido cuando subí al podio. Fue una emoción brutal que, hasta el día de hoy, me pone la piel de gallina.

Para mí, el resultado depende del tiempo y la paciencia que le dediques a algo. No existen atajos en ningún deporte. Ahora que soy entrenador, intento transmitir a mis deportistas la importancia de disfrutar del proceso, sin dejar de ser exigentes, pero sin olvidar el placer de cada momento.


Después de sufrir un accidente de coche ¿cómo te adaptaste a esta nueva etapa en tu carrera deportiva?

El accidente me enfrentó a un nuevo desafío en mi carrera deportiva. Mi coche volcó y quedé agarrado al volante, lo que provocó daños en mi cuello además de otros inconvenientes.

Esto afectó mi rendimiento en el remo, ya que me impedía rendir al máximo. Durante un año, me sometí a tratamientos médicos, buscando recuperarme, pero al ver a mis compañeros de equipo progresar y obtener resultados mientras yo me estancaba debido a mi lesión, tomé la difícil decisión de dejar de competir y abandonar el CAR. Sin embargo, tuve la fortuna de que me ofrecieran la oportunidad de quedarme como entrenador de la selección catalana de remo.

La transición de atleta a técnico de remo fue bastante rápida. La decisión fue casi instantánea, y de un día para otro, pasé de ser un remero, a ejercer como entrenador.

Me adapté más fácilmente de lo que imaginaba y encontré satisfacción y realización en el rol de entrenador. Aunque ya no competía como atleta, el hecho de guiar y formar a otros remeros me permitió seguir involucrado en el deporte que amo. Esta experiencia me ha demostrado que las oportunidades pueden surgir incluso en momentos de dificultad.



La Federación Catalana de Remo te contrató y formó como técnico. ¿Qué aprendizajes y experiencias destacadas has obtenido durante tu tiempo en la federación?

La FCR ha sido una parte esencial de mi trayectoria como técnico, brindándome oportunidades y conexiones significativas que han enriquecido mi experiencia profesional y personal. Estaré siempre agradecido por la confianza que depositaron en mí y por el apoyo brindado durante mi tiempo con ellos.

Cada semana tenía la oportunidad de acompañar con los profesionales técnicos los entrenamientos, y esto me permitió aprender y absorber una gran cantidad de conocimientos y experiencias. Como una esponja, absorbí tanto las enseñanzas positivas como las lecciones más difíciles. Las experiencias compartidas, las conversaciones y el trabajo junto a estos profesionales han sido invaluables para mi crecimiento y desarrollo como entrenador.


Recientemente te hiciste cargo del remo olímpico del Reial Club Nàutic de Tarragona. ¿Qué significa para ti asumir este nuevo desafío en tu ciudad natal?

Se trata de un nuevo desafío en mi carrera como entrenador. Es un regreso a mis raíces, a mi ciudad natal y a mi club de toda la vida. Ser entrenador de un club es diferente a ser entrenador de la selección, donde los atletas tienen claros sus objetivos y motivaciones. Aquí, es un nuevo contexto con niños, padres y un programa que debo gestionar. Aunque me sentía preparado, solo al ejercer el rol comprendí las responsabilidades que conlleva.

Afortunadamente, contar con un equipo de trabajo excepcional facilita enormemente el camino. El apoyo de las personas que me rodean en este proyecto es fundamental para lograr nuestros objetivos.


¿Cuáles son tus metas y objetivos como técnico de remo en el Reial Club Nàutic de Tarragona? ¿Qué esperas lograr con el equipo?

Como técnico mis metas y objetivos han evolucionado a lo largo del tiempo. Anteriormente, mi enfoque estaba en llevar al máximo número de deportistas a la selección española o catalana, y aunque este sigue siendo un objetivo valioso, mi perspectiva ha cambiado.

Hoy mi principal meta es que todos los remeros y deportistas que forman parte del equipo disfruten del remo y encuentren verdadera satisfacción en cada entrenamiento. Quiero fomentar un ambiente en el que cada uno sienta pasión por remar y tenga un genuino deseo de mejorar y alcanzar sus metas personales en este deporte.

Es fundamental para mí que los deportistas encuentren en el remo una fuente de alegría y motivación, y no solo una obligación. Quiero que lleguen a cada entrenamiento con entusiasmo y se vayan satisfechos y felices a casa. Mi enfoque se centra en cultivar una mentalidad positiva y una actitud de compromiso y superación personal en cada uno de ellos.

Mi mayor aspiración es que cada remero se sienta valorado y apoyado en su desarrollo deportivo, y que, a través del remo, encuentren una fuente de satisfacción, aprendizaje y crecimiento personal. Quiero ser un entrenador que inspire a mis deportistas y les ayude a alcanzar su máximo potencial tanto dentro como fuera del agua.


¿Cuál ha sido el momento más gratificante para ti como técnico de remo hasta ahora?

El primer momento especial fue cuando vi a mis deportistas alcanzar sus objetivos. Verlos cruzar la meta, ya sea en una competencia a nivel de club o en una competencia olímpica, y saber que contribuí en su camino hacia el éxito, fue realmente gratificante.

El segundo momento gratificante es el que estoy viviendo actualmente. Trabajar con niños de 10, 11, 12 o 13 años y verlos disfrutar del remo, desarrollarse y crecer en el deporte es increíblemente satisfactorio.

Cuando un niño o una niña viene a mí emocionado y agradecido, o cuando un padre o una madre me agradece por hacer que su hijo disfrute y confíe en sí mismo, me hace comprender la importancia de mi labor como entrenador y el impacto que puedo tener en la vida de estos jóvenes deportistas.


¿Qué consejo le darías a los jóvenes que deseen seguir una carrera en el remo olímpico?

Mi consejo para los jóvenes es que sean pacientes y disfruten del camino. La mayoría de los remeros que llegan a competir en unos Juegos Olímpicos han pasado por un largo proceso de entrenamiento y desarrollo, que puede llevar muchos años. El remo es un deporte exigente, pero también es una oportunidad para conocer tus límites, superarte a ti mismo y disfrutar de la sensación de estar en el agua.

Cada entrenamiento, cada regata y cada experiencia forman parte de un viaje único y enriquecedor. Es vital encontrar satisfacción en el esfuerzo diario y en los pequeños logros que se alcanzan en el camino hacia metas más grandes.


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